lunes, 23 de septiembre de 2013

Cualquier perro

Excepto los molosos pesados y los de tamaño pequeño - puede convertirse en un perro de rescate. La raza importa poco, sólo cuenta la eficacia. El tipo que domina es el pastor alemán, aunque también se encuentran pastor belga, bocer, briard, beauceron, dobermann. schnauzer, pastor del Pirineo...y cruzados de todas las clases. No se trata de superperros seleccionados sino de perros educados y adiestrados con la mayor seriedad posible.
Los primeros pasos los dan e los centros de formación y entrenamiento. El entrenamiento intensivo tiene lugar en canteras en desuso y antiguas minas acondicionadas con este objeto. Allí se reproducen las condiciones que se dan en un siniestro para que el perro se acostumbre. Ninguna prueba se deja de lado: vigas inestables, obstáculos cortantes, material rodante: vigas inestables, desprendimiento de barro, casa incendiada... Se consideran todas las situaciones difíciles que pueden perturbar las costumbres del perro y obstaculizar sus capacidades de búsqueda: aparatos ruidosos, sirenas estridentes, hombres que van de un lado a otro gritándose, humadera, gases, proyectores cegadores u oscuridad total (ejercicios nocturnos). Los voluntarios se esconden debajo de los materiales más diversos o entre las tuberías. Más difícil todavía para el perro es el desenterramiento pues la capa de tierra o de barro retiene el olor de la persona sepultada. También se dispone de viejas neveras llenas de carne o de desperdicios para comprobar las reacciones de los animales que no deberá ceder a la tentación. Pues su función es la de salvar, no la de saquear.
Otros ejercicios muy duros tanto para el hombre como para el perro son el descenso en rapel por un muro elevado y el paso de una pared a otra. El perro puede ir tanto a hombros de su dueño como cogido en un arnés para facilitar su transporte. El helicóptero resulta necesario a veces para llevar o recuperar los equipos cinófilos si el lugar es inaccesible para loa autos. Colgados del aparato por un cable de acero que los descenderá metro a metro o los llevará a la portezuela del helicóptero, abierta al vacío desde una altura de 50 metros o más, dueño y perro se enfrentan sólo con el vértigo sino también con las turbulencias originadas por las paletas.

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