sábado, 14 de septiembre de 2013

Cuidados e higiene


Cuando el cerumen es abundante debe eliminarse para evitar la formación de tapones y una eventual proliferación microbiana. La instalación de aceite mineral tibio (o cualquier producto farmacéutico especifico) permite liberar al animal de esta secreción.

Cuidados e higiene

La secreciones son , más o menos abundantes según las razas y los individuos. El canal auditivo está cubierto por una capa celular (epitelio) que contiene un gran número de glándulas sebáceas que producen cerumen.
Si este es abundante, será necesario eliminarlo regularmente a fin de evitar, por una parte, la formación de tapones, y, por otra, la proliferación de bacterias anaerobias, propenso en este medio de cultivo.
Para ello se recurre a productos ceruminolíticos; aceite mineral tibio o preparaciones especiales que tienen el veterinario en su consultorio. Tras la instalación del producto hay que presionar en el conducto auditivo para lograr que la "cera" se desprenda, reblandezca y por último se disuelva. Después ya no queda más que dejar que el perro se sacuda la cabeza para que caigan los restos.
Cuando el conducto auditivo tiene pelos, algo frecuente en los caniches y los griffons sobre todo, hay que empezar por hacer una depilación con objeto de evitar que los productos de secreciones se queden allí y creen condiciones propicias para la inflamación e incluso la infección (otitis externa).
Teniendo en cuenta la anatomía particular del conducto auditivo, está completamente contraindicado el empleo de hisopos pues con ellos es fácil que los restos que se querían eliminar caigan en el fondo de la parte horizontal. La utilización de tales hisopos sólo se puede plantear para limpiar las regiones visibles de la oreja, en particular las circunvoluciones del pabellón en las que la suciedad se acumula fácilmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario