viernes, 20 de septiembre de 2013

EL PELO Y EL FOLÍCULO PILOSO


El pelo es una formación aneja de la epidermis (capa superior de la piel) que comporta un bulbo y una raíz, un tallo y una punta, siendo estos dos único visibles. El pelo está constituido por la aglomeración de células muertas ricas en queratina; su organización es tal que, desde el centro hacia el exterior, se distinguen la médula, el córtex y la cutícula. Esta estructura es la que le da rigidez al pelo.
El pelo nace en el folículo piloso en el fondo del cual se multiplican activamente células especializadas.
En ciertos estadios de su evolución, el folículo piloso también comprende:
- una o varias glándulas sebáceas, es decir, productoras de grasa, que le dan al pelaje estanqueidad y le confiere un aspecto lustroso; muchas anomalías se deben a un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas;
- glándulas sudoríparas cuyas secreciones son insuficientes para producir sudor en abundancia excepto a nivel de las almohadillas, donde estas glándulas tienen una naturaleza particular;
- un músculo arrector cuya contracción hace levantar el pelo, lo que se produce en condiciones de emotividad o para luchar contra el frío;
- una irrigación sanguínea y una inervación compleja.
De cada folículo salen varios pelos: un pelo de jarra (también llamado pelo de guarda o de cobertura) largo, rígido, pigmentado, que le da la orientación del pelaje, su aspecto más o menos levantado o aplastado, su coloración; pelos finos (vello o pelo de borra) que forma el subpelo y cuyo número es muy variable (de 2 a 5 en el teckel, una docena en el rottweiler). Los pelos de lana sólo se observan en determinadas razas (caniche, pastores húngaros).
La abundancia de folículos también depende de la raza (suele ser más numerosos en las razas de pelo corto) y de la región abdominal, las orejas...).

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