viernes, 13 de septiembre de 2013

Lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer.


Muchos cinófilos piensan que no debe utilizarse la mano del amo para dañar al perro, ya que está hecha para acariciarle y no para corregirle. Actualmente, sin embargo, se tiende a admitir que un perro no se sentirá desorientado si se le castiga con la mano siempre que se muestra desaprobación al mismo tiempo con la voz y con la actitud en general.
Por el contrario, nadie discute el efecto negativo de la violencia, sobre todo injustificada, y el riesgo que entraña de convertir al perro miedoso o agresivo. Puede acostumbrar a su perro a la orden "no tocar" cada vez que se acerque a un cebo. Este ejercicio se debe repetir cuantas veces sea necesario hasta que el animal obedezca. También es conveniente repetirlo de vez en cuando para que el perro lo recuerde.
Es conveniente practicar el entrenamiento en diversos sitios, como la casa, el jardí, la calle o el coche y en diferentes situaciones y con cebos distintos.
No obstante, no hay perros infalibles, por lo que hay que tener en cuenta que si durante sus paseos un perro se encuentra habitualmente el mismo tipo de comida puede acostumbrarse a ella y olvidad los efectos nocivos que el comerla le podrían producir.
Por ello, es importante acostumbrar al perro a no ingerir nada que no le haya dado su amo. Por eso, tampoco es superficial el insistir que el perro no coma fuera de su sitio o de sus horas habituales, dándole siempre una ración suficiente aunque no excesiva para que no pase hambre el resto del día.

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