lunes, 23 de septiembre de 2013

PERROS AL SERVICIO DEL ARTE

Para identificar una obra de arte o un objeto de colección maquillados (implantes metálicos, tintas invisibles, etc.). Sin embargo, a pesar de los numerosos y diversos que son, tales medios no son de una eficacia total.
Dos investigadoras francesas, Claudine Masson, del IRA-CNRS, y Marie-Florence Thal, del CEA, tuvieron la idea de recurrir a los perros. El principio de su método se basa en utilizar sustancia odorantes (cuya formula se mantienen en secreto), invisibles al ojo e imperceptibles por el olfato humano. Se pueden pulverizar sobre un lienzo, por ejemplo.
A los perros jóvenes de la policía o de aduanas se les enseña a reconocer tales sustancias. El aprendizaje se lleva a cabo con regularidad hasta que el pero termine por identificar las moléculas odorantes incluso cuando están mezcladas con otros olores. El perro se convierte así en un "detector biológico", muy superior a todos los "captadores" físicos existentes.
Sin embargo, cuando se multiplican las moléculas para conseguir una gama infinita de códigos que correspondan a otros tantos perfumes, los detectores físicos resultaran incontestablemente más eficaces.
Pero los perros tienen la ventaja de la movilidad sobre todo los demás medios. Se les puede llevar fácilmente al lugar donde se haya de identificar una obra de arte. En los aeropuertos, las estaciones y demás lugares públicos, basta con patearlos por entre los bultos. Los perros adiestrados serán capaces durante toda la vida de detectar las esculturas, las joyas o los cuadros robados a condición, claro está, de que estos objetos estén "marcados" o "tratados" . Las obras marcadas se incluirán en un fichero informatizado.
Claudine Masson y Marie-Florece Thal han ganado un premio de la Sociedad general por sus trabajos. Y han fundado una sociedad de servicios.

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